La nostra vita


Director: Daniele Luchetti
Actores: Elio Germano, Isabella Regonese
Drama / Italia / No recomendada menores 7 años / 95 min.

                 Drama social italiano cuyas referencias habría que buscarlas en Kenneth Loach y el neorrealismo, una corriente estética que, nacida Italia en los años 40, ha recorrido ya toda Europa y que ahora tiene más sentido que nunca. Una cinta que, sin ser dura, quiere ser ilustrativa, casi didáctica, de una sociedad que se debate entre la opulencia que dejó atrás y las consecuencias de una crisis que no entiende.
                La inmediatez de la acción, la naturalidad de las secuencias, está subrayada, a veces demasiado enfáticamente, por una cámara casi omnipresente. Aunque todos los actores están bien y el casting funciona admirablemente, destaca con luz propia la interpretación de Elio Germano, el protagonista, que obtuvo los premios David di Donatello y al mejor actor en Cannes, ambos en el año 2010. Especialmente memorable es su interpretación durante la misa de funeral, en la que la desnudez de un primerísimo primer plano pone de manifiesto una emotividad desgarradora.
                La película cuenta la aventura vital de un obrero que quiere aprovechar un "momento delicado" de su jefe para hacerse con una contrata propia. Naturalmente esto le acarrea una cantidad de problemas que derivan en una recomposición de su escala de valores, evidenciando de paso todo el entramado de corruptelas endémicas y avaricias instauradas que se cuecen en el país. La radiografía económico-social, sin embargo, resulta demasiado sentimental, dejando el costumbrismo más crudo a un lado, casi  mostrado epidérmicamente, para centrarse más en la recomposición emocional del personaje.
                Luchetti peca un poco, quizá, de bienintencionado, ya que no hay nadie realmente "malo" en esta película: ni los mafiosos, ni los jefes corruptos, ni los traficantes, ni los comisionistas estafadores... nadie es auténticamente maligno, ni siquiera la violencia está presente de una forma directa y cruda. Todo el dilema vital del protagonista se plantea a niveles mentales y no corporales, la violencia nunca es física ni la urgencia se manifiesta de forma peligrosa para su integridad corporal. Hace demasiado hincapié en los aspectos más positivos de la acción e intenta concluir cada trama que ha comenzado, no dejando nada a la imaginación del espectador, lo que se puede interpretar como un "redentorismo" demasiado impostado.
                El trasfondo de la película, que incluso de verbaliza en dos escenas, es la recuperación del amor familiar como redentor espiritual único, como fuente exclusiva de esperanza. Bueno, una película social esperanzadora.

Conclusión: Película interesante. Una buena opción.

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