Dos más dos


 
Director: Diego Kaplan
Actores: Adrian Suar, Juan Minujin
Comedia / Argentina / No recomendada para menores de 16 años / 103 min.

                 Estilizada comedia argentina sobre enredos sexuales. Desde la memorable El hijo de la novia están llegando muy buenas comedias desde aquel país transoceánico, esta tiene, sin embargo, dos diferencias fundamentales: no trabaja Ricardo Darín y no es una comedia con tintes sociales. Muy al contrario, es una película muy al estilo de las comedias burguesas francesas.
                En los años cuarenta y cincuenta se acuño el nombre de "comedias de teléfonos blancos" para hablar de esas comedietas americanas sobre enredos sentimentales de la alta sociedad. En España, en los mismos años, se copio la formula, el linaje y, por supuesto, los teléfonos blancos, cuando en este país casi nadie tenía aún teléfono y ni hablar de que fueran flancos.
                A mi me vino ese término cuando vi esta película, quizá por la costumbre de ver una sociedad argentina distinta reflejada en su reciente filmografía, quizá fruto de la crisis que vivimos aquí, pero el caso es que esta es una comedia de la burguesía porteña donde todo es lujo y color, no hay miseria, no hay problemas sociales, todo es muy "cool".
                La trama discurre alrededor de la práctica del intercambio de parejas. Una pareja propone a sus mejores amigos, un tranquilo matrimonio con hijo, tener relaciones "a cuatro". La mujer accede pero el marido tiene miedos y dudas. El conflicto y los enredos están servidos.
                Lo cierto es que el guión está bastante bien urdido, tiene situaciones graciosas y diálogos ingeniosos. El peso de la comicidad recae en Adrian Suar, el verdadero protagonista de esta historia a cuatro, quien lo resuelve con soltura y cierta sobriedad gestual, lo cual es de agradecer dado el tema que trata, propicio para el exceso. En ese sentido no debe mover a engaño el avance del film, no le hace justicia, predispone a pensar que utiliza el swinging como excusa para un film con desnudos más o menos gratuitos y malos chistes sexuales o, lo que sería aún peor, una comedia a lo Alfredo Landa del siglo XXI. Pero no, es bastante más sutil, incluso demasiado recatada y pretendidamente púdica, por eso comenzaba esta crítica con el término "estilizada", lo cual no quiere decir que sea "sofisticada", tampoco es eso.
                Dos más dos resulta una película entretenida, graciosa, con un buen ritmo narrativo y cierta factura formal. No será nominada al Oscar como el film de Campanella, pero se ve con agrado y deja una sonrisa en los labios cuando acaba. Y, pese a lo que parece, resulta bastante conservadora.
Conclusión: Divertida, incluso aconsejable sin pretensiones.

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