¿Quién mató a Bambi?


 
Director: Santi Amodeo








 
 
Comedia / España / No recomendada para menores de 16 años /  90 min.
           
         
              Disparatada y divertida. Dos adjetivos que califican muy adecuadamente esta película. Y dos son también los referentes para enjuiciarla: las slapstick clásicas, aquellas primitivas películas de golpes y porrazos (literalmente golpe y bastón) con Buster Keaton, Harold Lloyd Mack Sennett; y el Guy Ritchie de Snatch: cerdos y diamantes o Lock, Stock and Two Smoking Barrels, con sus delincuentes sin fortuna y sus enredos desmadrados. Por un lado, como en el cine cómico de principios del pasado siglo, los gags están basados en el exceso y el golpe, algo más violento aquí, de manera que nos podemos encontrar riéndonos a carcajadas cuando a alguien le cortan un dedo, por ejemplo. Y por otra, con una estructura frenética y entrecruzada propia del mencionado Ritchie.
            La película, remake de la mexicana Matando cabos de Alejandro Lozano (2004), dirigida con acierto por el sevillano  Santi Amodeo, cuenta la historia de dos “secuestros” cruzados, cometidos ambos por delincuentes novatos, sobrevenidos y sin suerte, lo que da lugar a toda clase de situaciones enloquecidas y enrevesadas, en una acción frenética y muy divertida.
             Una acción que a veces incurre en algunos errores o fallos de bulto, pero que se le perdonan por el buen hacer general, por el ritmo enloquecido y porque esos fallos suelen estar a favor de agilizar la narración o potenciar la gracia. Una película concebida para entretener con vocación comercial y para el gran público, pero realmente bien armada y que cumple a la perfección su función de comedia de evasión, con su punto transgresor y surrealista.
            En el guión, basado en un juego de equívocos tan cinematográfico como clásico, hay que destacar la labor de las segundas acciones, el trabajo en dotar de fundamento todo lo que rodea a la acción principal y que está, además, tenga una buena parte del sustento cómico del film. En este sentido, es importante el trabajo de los actores de reparto, Manolo Solo o Carmina Barrios,que están a la altura de los principales Quim Gutiérrez,  Ernesto Alterio y Julián Villagrán,  la nueva generación (y no tan nueva) que se puede dar ya por consagrada.
           
Conclusión: Muy divertida, que nadie busque un trasfondo social ni profundidad psicológica, es pura diversión.     
 

 

Tráiler

 

 

 
 

Comentarios

Entradas populares