El lobo de Wall Street

Director: Martin Scorsese
Comedia / USA / No recomendada para menores de 16 años /  179 min.
           
            Un corredor de bolsa de Wall Street quiere hacerse millonario en dos días y para ello no duda en trabajar al filo de todas las leyes, las federales, las nacionales y las éticas. Y, aunque parezca mentira, esta película está basada en un personaje real. Y no solo eso, en su propia autobiografía. ¡Solamente en un personaje! Parece mentira pero hay uno de esos brókers  que ha hecho público su arte de robar en forma de novela y encima ha seguido ganando dinero con ello. Jordan Belfort, la persona real a la que da vida, de forma absolutamente magistral el actor Leonardo DiCaprio, se dedica en la actualidad a dar conferencias por todo el mundo, contando cómo ganar dinero en la bolsa, a vender su fórmula en forma de curso audiovisual y a cobrar los royalties de su libro. ¡Genial!
            DiCaprio versus Belfort podría ser el espejo de un montón de especuladores que han jugado con tu dinero (si lo tenías) o el dinero de millones de incautos, desde el sacrosanto centro de la especulación mundial que es Wall Street, con sus múltiples sucursales en todo el planeta.
            Scorsese nos trae otra de sus películas exuberantes, hipnóticas, épicas. La historia de la desmesura y la avaricia del ser humano ávido de hacer fortuna a costa de todo y de todos. La corrupción en estado puro. Ya lo hizo en dos de sus grandes obras maestras: Uno de los nuestros (1990) y Casino (1995), pero si en ellas hablaba de la mafia en esta la corrupción es desde dentro del sistema, desde el corazón mismo de las finanzas mundiales: Wall Streer. Y todos sabemos cómo acabo el asunto y aún lo estamos padeciendo.
            Martin Scorsese demuestra en esta película que sigue siendo un maestro del séptimo arte. El lobo de Wall Street es una película brillante, enloquecida, divertida, prodigiosa... tanto que cuando acaban sus tres horas de metraje uno se queda exhausto pero con ganas de seguir viendo más. Rodada con un pulso enérgico y vibrante, con una planificación eléctrica y una cámara que persigue más que sigue la acción, y un montaje rápido y preciso acorde con el frenético mundo que recrea la película. Y es que todo en la película es tan enérgico como la vida enloquecida de este Lobo (tiburón) de las finanzas, rodeado de lujo, sexo y drogas, en una vida precipitada y excesiva.
            Una crítica despiadada al mundo del capitalismo desbordado y caótico que cuenta con interpretaciones muy destacadas, además de la del propio DiCaprio (ganador del Globo de Oro y nominado al Oscar) como es la de un demacrado Matthew McConaughey, que hace un papel quizá breve pero de una intensidad extraordinaria y cuyo personaje será, además, la explicación de todo el caos económico que vivimos y el ejemplo a seguir por el protagonista. Jonah Hill, el amigo gordito y gracioso de tantas películas adolescentes, está aquí soberbio también, demostrando que es un buen actor y no sólo un acompañante chistoso.
            El lobo de Wall Street es una montaña rusa de emociones, divertida y desenfrenada, que refleja el oscuro trasfondo que todos sospechábamos del capitalismo más voraz y monstruoso.


Conclusión: Imprescindible. No sé qué haces ahí sentado y no estás ya a la cola del cine.     

Tràiler de la película en español

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