La gran estafa americana
Título original: American Hustle
Comedia / USA
/ No recomendada para menores de 16 años /
138 min.
Ambientada
en los desbordados años 70, con toda su parafernalia hortera, sus cardados y sus
escotes (tanto para ellas como para ellos), La
gran estafa americana cuenta la historia de dos expertos estafadores que se
ven forzados a trabajar para un agente del FBI, un tipo con unas ansias de triunfo
enfermizas. Su misión será introducirse en el oscuro mundo de los corredores de
bolsa de Nueva Jersey, donde impera la mafia y la corrupción política.
Con
algunos giros interesantes en su guión, la película recuerda en algún modo a Nueve
reinas (2000) del argentino Fabián Bielinsky, en el sentido en que
retrata a un grupo de estafadores y los trucos que emplean, pero en esta
ocasión nos encontramos con una acción mucho más disparatada, delirante y
divertida, (sin detrimento de la otra, muy divertida y bien escrita también) que
se aprovecha del ambiente extravagante y chillón de la década de los setenta
para crear un "cambalache" aún mayor.
Ganadora
de tres Globos de Oro y de tres premios del Círculo de Críticos de Nueva York,
y nominada a diez premios Oscar, la película cuenta con un elenco esplendido que
brilla desarrollando una variedad de personajes grotescos y explosivos a los
que, de conocerlos, jamás dejarías que guardasen tu cartera. Ninguno de ellos
desarrolla, inicialmente, ninguna empatía con el espectador, pero es
seguramente su alocada peripecia, el ver como se aprovechan los unos de los
otros y también las relaciones de amistad que se van generando y el como
intentan desesperadamente salir de los problemas en los que se meten lo que
seguramente genera algunos vínculos de complicidad con los protagonistas. Además,
los cincos extravagantes protagonistas están arropados por secundarios de
altura, incluso de mucha altura, como un Robert De Niro en un papel de... ¡mafioso!
Increíble verdad, De Niro en un papel de mafioso. Aunque solo sea por esta novedad
ya merece la pena la película.
Basada
en un famoso caso real de corrupción, David O. Russell (El
lado bueno de las cosas) plantea un divertido thriller
con tintes políticos (o una comedia de acción mafiosa), a la vez que desarrolla una historia
de supervivencia con unos personajes que hacen de la necesidad de reinvención
su forma de vida.
Conclusión: No es una "extraordinaria"
película, pero es inteligente y muy divertida.
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