Tren de noche a Lisboa
Título
original: Night Train to Lisbon
Director: Bille August
Actores: Jeremy Irons, Christopher
Lee, Charlotte
Rampling y Bruno Ganz
Drama / Alemania / No recomendada para menores de 7 años / 110 min.
Hay ciudades que,
con solo evocarlas, toda una suerte de resonancias mágicas, bucólicas o
románticas llenan nuestra imaginación. Eso ocurre con París, Nueva York o Roma,
por ejemplo, para las que el imaginario colectivo tiene su propia cosmología.
A ello ha
contribuido, sin lugar a dudas, la literatura y el cine, pero sobre todo este
último, con su aparición en innumerables películas, haciéndolas trasmutar de su
papel de mero decorado a una función protagónica, lo que las ha dotado de una
personalidad específica, muchas veces fantástica y no siempre estrictamente
real.
Lisboa es otra de
esas capitales que traen inevitablemente a la imaginación una imagen idílica,
abstracta pero entrañable. “Sostiene Pereira”, de Roberto
Faenza (1996) o “En la Ciudad Blanca” de Alain Tanner (1983) son dos
de esas películas en las que la propia ciudad tiene una importancia relevante y
que han contribuido a elevar a la capital lusa a iconografía cinematográfica.

Ese lugar
evocador es invocado desde el propio título del film. Pero tristemente he de
decir que, como todo lo demás que la película pretende, es claramente fallido.
Si te gustaron estas dos películas, si realmente eres fan de ellas, te puede
resultará hasta dañino el visionado de este film.
La Lisboa que nos
muestra la cinta no tiene esa aura mística ni mágica que pretende. Como tampoco
la alusión ferroviaria que acompaña a la capital en el título está desarrollado
o aprovechado, y ya sabemos que el tren, en sí mismo, mantiene otros aspectos
tan cinematográficos como románticos que el espectador identifica enseguida.
De la misma
manera Tren de noche a Lisboa desaprovecha los recursos dramáticos y narrativos
de la época que pretende explorar, ese momento épico revolucionario que
precedió al final de la dictadura, quedándose en una historia de triángulos
rotos que no acaba de empatizar con el espectador.
Si la ensoñación
cinematográfica de Lisboa, los valores lírico-románticos del tren y los
aspectos literarios de la pre-revolución portuguesa son manipulados burdamente
en este film, otros aspectos son también desaprovechados desde que el guión
deja de ser una sinopsis y se lanza al proceso de elaboración narrativa. Sobre
el papel, la historia plantea el encuentro fortuito de un profesor, aburrido,
maduro y desencantado, con una joven, bella y suicida. La salvación en el
último momento de esta a manos del profesor no deriva en un tórrido romance ni
siquiera en una fructífera amistad, como algún calenturiento espectador pudiera
sospechar, si no en la desaparición inmediata de la muchacha y la posesión
inesperada de un extraño y vetusto libro por parte del profesor. Lo que sigue
es la reconstrucción de la vida del escritor a través de su libro de
memorias/pensamientos, lo que lleva al protagonista a relacionarse con unos
cuantos curiosos personajes por toda la ciudad de Lisboa, con algunas situaciones
un tanto manidas, como la amistad con un viejo en un asilo gracias a los
cigarrillos prohibidos que le proporciona.

Quizá os haya destripado en parte la película, pero si un film no trasciende de la lectura de su sinopsis es un mal film, y este no solo no lo supera sino que queda muy por debajo.
Por otro lado, y
abundando en la desolación, la película cuenta con tres protagonistas que, por
si solos, atraen seguro al cinéfilo fiel: Jeremy Irons, Charlotte
Rampling y, por supuesto a
Bruno Ganz, al que ya vimos en “En la ciudad blanca” y por el que nos despierta
la curiosidad de verlo repetir en tan notable decorado.
Quizá todo sea
cuestión de expectativas, es cierto, y es posible que sin los referentes
mencionados algún espectador novel, virgen de historia cinematográfica, pueda
disfrutar de esta película, pero no es mi caso y así os lo he de contar.
Conclusión: Defrauda, desilusiona. Ni la chica
misteriosa, ni Lisboa, ni el tren, ni los actores consiguen hacer de esta
película un film a la altura de las circunstancias.
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