Viva la libertá


Director: Roberto Andò
Comedia-política / Italia / No recomendada para menores de 12 años /  94 min.
           
            Una película muy apropiada en estos momentos que se cruzan jornadas electorales a lo largo de todo el planeta: presidenciales en Colombia y Ucrania, elecciones al Parlamento Europeo y las regionales de Grecia; con una casta política cuestionada y una sociedad que observa perpleja como los gobiernos se doblegan ante las fuerzas económicas.

            Cuenta la historia de Enrico Oliveri, el líder de la oposición de izquierdas, un hombre mayor, serio y metódico, que mantiene un discurso fatigado y que pierde apoyos a borbotones entre el electorado y también dentro de su propio partido (¿os suena de algo aquí en España este tipo de personaje?). Tras ser duramente criticado en un mitin opta por desaparecer sin decírselo ni siquiera a su mujer. Se refugia en Francia, en casa de una vieja amiga, para tomar aire y distancia, replantearse su vida y, de paso, ver cómo se las arregla su partido.

            Mientras tanto su ayudante, ante la falta de noticias, intenta que la ausencia no se note. Sustituye al político por su hermano gemelo, un poeta y filósofo que acaba de salir del psiquiátrico. Este, al mando fortuitamente del principal partido de la oposición, pone en marcha su particular modo de ver la vida y adopta una pose y un discurso nuevo, natural y vibrante, que resulta muy ilusionante.

            Y ese es el principal valor de la película, la posibilidad de crear un discurso político nuevo que ilusione y la necesidad que se detecta en la sociedad de que esto ocurra. Y si no vean el espectacular ascenso del partido de Beppe Grillo en Italia, por ejemplo. Por contra, no lo trata esta película pero está en el aire, esa necesidad de un cambio de discurso se detecta también en el auge de partidos de extrema-derecha y/o xenófobos como el de Marie le Pen en Francia o Amanecer Dorado en Grecia. Cuando la política se aleja del ciudadano, le da la espalda (le enseña el culo) el votante busca refugio en algo que le “ilusione”, en el cambio, a veces radical y a veces utópico, pero un cambio que pueda percibir como una esperanza. Eso ha pasado también en los últimos tiempos en Latinoamérica, después de años de dictaduras y gobiernos corruptos el electorado, el pueblo al fin y al cabo, ha dado la espalda a los partidos tradicionales eligiendo figuras nuevas socialmente comprometidas.

            El protagonista absoluto del film, con los dos gemelos contrapuestos, es el genial actor  Toni Servillo, mundialmente popular gracias a la oscarizada “La gran belleza”, un enorme profesional que los espectadores han descubierto con regocijo, tan eficaz y tan sutil como los actores de otra época.

            Como aval de la película mencionar los premios David de Donatello al guión y al actor secundario para Valerio Mastandrea, el fiel ayudante. Esta vez Servillo se quedo sin premio.

            Hay que decir que “Viva la libertá” resulta una comedia divertida, entretenida, y lúcida, pero quizá menos mordaz y mucho menos osada de los que a algunos nos hubiera gustado ver, pero intuyo que el tono, un poco a lo Frank Capra pasado por agua, es una decisión muy consciente. La cinta no quiere ser demasiadado crítica ni muy hiriente para llegar a un público más amplio, quizá no tan comprometido, para dejar solamente una especie de consigna ligera: el mensaje está en la sinceridad, en la cercanía, en la verdad; basta ya de grandes palabras vacías emitidas desde un púlpito alejado del pueblo.       
           

Conclusión: Divertida, interesante, muy adecuada para tiempos de elecciones políticas.

Tràiler original en italiano (se entiende bene)


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