Juntos y revueltos

Título original: Blended
Director: Frank Coraci
Comedia / USA / No recomendada para menores de 7 años /  117 min.



            Tras la Segunda Guerra Mundial Hollywood se convirtió en una excelente maquinaria para vender el American way of live, más de 70 años después el cine estadounidense sigue intentando exportar una manera particular de ver el mundo o vivir la vida. Uno echa la vista atrás y ve con nostalgia aquellos trabajadores que volvían a sus acogedoras casas unifamiliares, después de una larga jornada de trabajo, y bebían una copa con su mujer quién, por supuesto, había preparado ya un excelente asado para la cena. Después, una familia compuesta por dos o tres hijos educados y aseados, veían todos juntos en televisión el show del humorista de turno. Aquel cine exportó muchas cosas al resto del mundo, y no sólo los pantalones vaqueros y la Coca-Cola.

            Hoy en día el cine de Hollywood sigue queriendo vendernos la actualización de su particular manera de ver la vida y el actor Adam Sandler aparece como el mejor situado para ello, según el baremo de la recaudación en taquilla. El problema es el estilo de vida que quieren vender: grosero, escatológico, hortera, zafio, burdo y basto. Y así es su humor, tan basto como una camisa de estopa.

            Las familias de esta revisión del American Way of Live son algo diferentes: están separadas y buscan una segunda oportunidad conyugal, apoyados o empujados por sus hijos. En esta ocasión Sandler es viudo, con tres hijas, de adolecente a niña, a las que no sabe educar apropiadamente en su femineidad, es decir, no las sabe vestir, hablar de chicos o llevar al peluquero adecuado. Su partener, Drew Barrymore, está separada y tiene dos hijos, a los que, por supuesto, tampoco sabe atender en cosas de adolescentes, con el mayor se encuentra perdida por su afición onanista y al otro no le puede aconsejar en cuestiones de baseball, aunque este sea un auténtico "paquete" y odie ese deporte. Naturalmente, el bueno de Sandler le entrenará y el muchacho no sólo aprenderá a jugar sino que salvará a su equipo de la derrota (¿les suena de algo el asunto?).

            El argumento es simple. El viudo tiene una cita con la divorciada, la primera para ambos después de mucho tiempo, y sale garrafalmente mal. Por avatares del destino, las dos familias coinciden en unas vacaciones en resort africano, donde ya podréis imaginar lo que ocurre.

            Pues sí, la película está repleta de lugares comunes y situaciones previsibles, aunque el guión juegue a lo contrario. Todo demasiado recurrente y ya revisitado. Pretende ser una cinta que haga gracia por el exceso, de ser quizá una sátira de una forma de hacer las cosas, pero es tan catastrófico el planteamiento, tan viciado y maniqueo el argumento que no consigue establecer una distancia adecuada con lo que cuenta para que resulte gracioso y todo lo que obtiene es ser chabacano, cuando no directamente ofensivo.

            Eso le sucede con la parte central del film, que se desarrolla en esas vacaciones programadas en África. Quiere, supongo yo, hacer mofa de los centros de recreo estandarizados y formula un lugar de vacaciones africanas absolutamente barroco y kafkiano, excesivo y kitsch. El problema es que, como toda la cinta esta abducida por la misma estética y el mismo fondo, uno no sabe qué parte es broma y cual estupidez de producción. En cualquier caso hay que añadir que, en caso de pretender hacer comedia con la puesta en escena o los personajes (evidentemente), no le sale nada bien tampoco.  

            Habría que añadir que, a la falta general de gracia de la película, basada como digo en lo escatológico y la estupidez o la ñoñez más vomitiva, el planteamiento resulta machista y degradante, ideológicamente abyecta y con una visión de la vida y de las relaciones humanas retrógrados.  El marketing de la productora pretenda hacerla pasar por una película familiar, pero si tienes hijos y vas con ellos a verla es muy probable que alguien te denuncie por tortura o por intento de lavado de cerebros.

Conclusión: Si tu máxima idea de la elegancia es vestir un chándal plateado y tu mayor diversión es recitar la alineación del Barça con eructos, esta es tu película.

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