Sólo los amantes sobreviven


Título original: Only Lovers Left Alive
Director: Jim Jarmusch
Fantástico / Reino Unido / No recomendada para menores de 16 años /  123 min.
           
            Jim Jarmusch se apunta de vez en cuando al cine de género, naturalmente tamizado por su particular visión del cine y del mundo. En  esta ocasión se acerca al cine de vampiros con una historia de dos amantes vampíricos a través de los siglos. Él, Adam, es un músico desencantado por el devenir de la humanidad; ella Eva, su lánguida y enigmática amante. Ambos viven separados, Adam habita un desolado Detroit, es en la actualidad un músico underground de éxito pero apartado del mundo. Para reunirse quedan en una desolada y fantasmagórica Tanger.


             Esta es sin duda la película más estética de este cineasta eternamente independiente. No se trata de que en sus anteriores films no se cuide la imagen, si no de que en esta ocasión se cuida especialmente una puesta en escena, unos decorado y una imagen mucho más sofisticados. Por otra parte, es también la cinta más “trascendente” del autor, la película donde más importan los diálogos y estos son más estilizados, tanto que resultan en ocasiones algo presuntuosos. Los vampiros, que han convivido y creado con los mayores pensadores y artistas de toda la historia de la humanidad, dan testimonio de sus conocimientos en frases y conversaciones que llegan a ser pedantes por su contenido y por su forma.

            Esta sensación de “trascendescencia” puede confundir a algunos de los seguidores de Jarmusch, acostumbrados a un cierto sentido abstracto de su cine, una cierta banalidad existencial, solo aparente, que contrasta con tanta profundidad filosófica y vital en esta ocasión.
            El tono y el tempo siguen siendo muy del estilo pausado del autor, pero le falta algo de su particular sentido del humor que se echa en falta. Supongo que definir la vida a través de los siglos le ha podido a sus particulares historias apegadas más al aquí y ahora habituales, con indulgentes personajes un tanto nihilistas, en contra de unos vampiros cuyo problema es el cansancio vital del que se sabe inmortal.
            A los seguidores incondicionales del director sin duda les resultará agradablemente sorprendente y la paladearan con gusto, para los más ajenos a la su particular mirada les puede resultar un producto un tanto pomposo, sin embargo hay que decir que, dejando a un lado la evidencia filosófico-trascendente del discurso, la película resulta muy atractiva, casi hipnótica, radicalmente distinta a otras películas de Jarmusch y sin embargo muy propia del autor. Una película que destila vida propia hablando de inmortales vampiros. Para algunos ha sido lo mejor de Jarmusch en mucho tiempo, para otros la más cool, hay quien la tacha de demasiado metafísica, yo creo que es una película interesante y curiosa dentro de la carrera independiente del autor, muy cuidada, estéticamente preciosista y, desde luego, digna de ver.

Conclusión: Muy interesante. Imprescindible para los seguidores de Jarmusch.


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