Borgman



Título original: Camiel Borgman
Director: Alex van Warmerdam
Thriller psicológico / Holanda / No recomendada para menores de 16 años /  113 min.
           
            Lo primero que habría que decir de esta película, para que nadie se llame a engaño, es la dificultad para encuadrarla dentro de alguna etiqueta de género. En la ficha de entrada la he clasificado como "thriller psicológico", donde se engloban muchas cintas que, siendo  de terror, los susticos y el miedo no vienen de parte de la casquería. Pero es que Borgman no es, en absoluto, una película de terror, aunque pueda provocar cierta aprensión de vez en cuando. Se le podría adjudicar el calificativo, en algunas críticas lo he leido, de "comedia negra", pero es que, aunque juegue con la ironía y en alguna ocasión provoque la sonrisa o la casi risa, no creo que su intención sea la de divertir. Y es que Borgman es, ante todo, una película rara rara.
            Transcribo literalmente la sinopsis de FILMAFFINITY: "Camiel Borgman llama a la puerta de la casa de una familia burguesa que vive en una apacible zona residencial. ¿Quién es Borgman? ¿Un sueño, un demonio, una alegoría o la encarnación de nuestros miedos?" Creo que no se debe de contar nada más del argumento, porque una de sus bazas más importantes es el desconcierto que la acción y la definición de los personajes va provocando en el espectador. Una especie de seducción altamente perturbadora.
            La intriga de la película es maligna, casi tanto como el posicionamiento de su realizador a la hora de elaborar el guión. Se trata, sin duda, de un ejercicio de esfuerzo imaginativo cuya pretensión es descolocar al espectador, intrigarle, desvaretarle, desagradarle, divertirle y, sobre todo, provocarle.
            Y es que la provocación es, sin duda, la principal virtud de la película, que cuestiona el paradigma de la burguesía y un estilo de vida acomodaticio y tan monótono como lacerante, con unos personajes enfermizamente retorcidos que cuestionan la realidad de forma maliciosa por su capacidad manipuladora. Se debe entender Borgman como una parábola del miedo, el horror y la violencia que atrapa al ser humano actual.
            Borgman no gustará seguramente a mucha gente, pero resulta extrañamente subyugante, perversamente hipnótica incluso para los que, al final, decidan que no les ha gustado nada.
            Tiene toques de Buñuel, toques del más pérfido de los Polanski, algo de Win Wenders, incluso un poco de Fassbinder, pero resulta, a mi juicio, una mezcla genuina y auténtica de un guionista y realizador sólido y a tener muy en cuenta.




Conclusión: Una película tan difícil como interesante y perturbadora que no dejará indiferente a nadie.

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