Corazón de león


Director: Marcos Carnevale
Comedia / Argentina / Apta para todos los públicos /  110 min.
           
            Ivana Cornejo (Julieta Díaz) además de abogada de éxito es una mujer divorciada, de mediana edad y buen ver. León Godoy (Guillermo Francella) es un arquitecto de mucho éxito también, de naturaleza especialmente arrolladora: simpático, locuaz, carismático... León encuentra el móvil de Ivana y ambos hablan telefónicamente y quedan para devolverlo. Ivana está intrigada por conocer a León, quizá pueda ser el hombre de su vida (no olvidemos que se trata de una comedia romántica y  en ellas las mujeres siempre están buscando al hombre de su vida).
            Hasta aquí ni Ivana ni el espectador han visto a León, pero ambos estarán intrigados por personalidad tan abrumadora. Cuando este aparece en el bar en el que han quedado el personaje sigue siendo, en esencia, igual de fantástico, la diferencia es que, como el perfume, viene en frasco pequeño: León mide 1'35 cm. Según FILMAFFINITY "Es el hombre perfecto, pero... demasiado bajo. A partir de ese encuentro, Ivana buscará superar esos 45 cm que le faltan al hombre de su vida. Así se enfrentará a las convicciones de una sociedad implacable y a sus propios prejuicios, que exigen a los hombres el éxito económico, profesional y esos ineludibles 180 centímetros de altura". (FILMAFFINITY).
            Sin embargo tengo que repetir algo que ya mencioné en la crítica de otra comedia argentina, Dos mas dos, de Diego Kaplan, 2013. Me sorprende que las comedias argentinas sean, mayoritariamente, de "teléfonos blancos", ese tipo de comedia de la alta sociedad que inventó Hollywood y que reflejaba a unos personajes completamente alejados de la inmensa mayoría de los espectadores. Es como una especie de miedo a reírse con la realidad del país, lo cual sería sanísimo para un país que está pasando tantas penalidades y que ha sufrido tanto. ¡Desmentidme compañeros de aquel lado del océano! Quizá sea que aquí, a España, no llegan las otras, las de corte neorrealista, que se ríen con gente que pasa calamidades para llegar a fin de mes o que, directamente, están desempleadas.
            Pero es que sucede que el tal León vive en una mansión, alquila aviones para tirarse en paracaídas como quién se sube a la montaña rusa del parque de atracciones y hace viajes de negocios al extranjero de medía jornada. Hay personas que tienen esa vida, desde luego, pero entonces el problema de tener 45 cm. de menos se diluyen bastante en los millones de pesos argentinos.
            Toda la problemática de la película está basada en esa falta de centímetros, pero bien sabemos que el dinero hace guapo al más feo y gracioso al más patán (miren a Berlusconi si no me creen). Si realmente querían hacer una comedia con un hombre chiquito y las convenciones sociales que giran alrededor de la diferencia de altura, podían haber puesto a un mecánico, a un fontanero o  un funcionario, a ver que pasaba.
            Al margen de esta diatriba social he de decir que la película esta llevada con la soltura que se espera de una comedia, con un guión bien resuelto, aunque sin demasiado brillo pero si con gracia y mucho humor. Comentar para el espectador desinformado que el protagonista, Guillermo Francella, es un refutado cómico argentino de una estatura convencional, por lo que es meritorio el desarrollo de producción y las complicaciones técnicas y de planificación que esto ha supuesto, al margen de que este truco ya estuviera experimentado en películas como El increíble hombre menguante (The Incredible Shrinking Man, 1957, Jack Arnold) ahora, naturalmente, el resultado es tan bueno que el pobre Guillermo pasa por bajito de verdad.
            Marcos Carnevale, realizador argentino especializado en comedia  comenzó su carrera en España, Almejas y mejillones (2000) y Elsa & Fred (2005). En está ocasión consigue armar un producto interesante y bastante gracioso, tampoco crean que se van a caer de la butaca de la risa pero si con situaciones y gags bastante divertidos, con dos buenas interpretaciones, sobre todo la protagónica de un genial Guillermo Francella en versión reducida.


Conclusión: Divertida, graciosa. Una opción interesante, si no hay nada mejor en cartel.

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