El año más violento



Título original: A Most Violent Year
Director: J.C. Chandor
Thriller / drama / USA / No recomendada para menores 16 años /  124 min.
           
            






         Según parece, el año 1981 fue el año más violento en la ciudad de Nueva York. Las mafias campaban a sus anchas y la corrupción era la tónica diaria.
            En ese ambiente enrarecido se sitúa la acción de esta película, en la que un inmigrante latino quiere hacerse un hueco en el transporte local de gasolina. No solo eso, desea convertir su negocio en un imperio sin salirse de los márgenes que le permite la ley. Su pretensión, sin embargo, choca de plano con  el resto de las empresas de la corporación cuyos métodos no son siempre especialmente ortodoxos, llegando a usar la violencia como método más espeditivo.

            J.C. Chandor nos ofrece una revisión de los films de gánster y mafias en su tercera cinta como director Una mirada personal, íntima y contenida, alejada de los films al uso, donde la lucha es contra uno mismo y su propia ética, con los límites del honor y la honradez, de la legalidad y la moral como márgenes del tablero de juego. Una película intensa y honesta, digna no sólo por lo que cuenta si no por su factura, su forma y su fondo. Nada que ver con la mafia de El padrino,  Uno de los nuestros o Casino; aquí los negocios son legales, no así sus métodos o el comportamiento de los sindicatos gremiales. Cuando la degradación de la escala de valores llega a niveles mínimos viene la violencia como forma de atacar o defender el territorio. No nos cuenta la historia de grandes mafias estructuradas como asociaciones de malhechores, si no de empresas medianas en lucha por el mercado y un hombre honesto que quiere crecer entre ellas a toda costa.
            Una película que nos habla de la ética y de la moral y de los valores individuales como ya lo hizo J.C. Chandor en sus dos anteriores films, la muy discutible Cuando todo está perdido, el relato de un naufrago protagonizado en exclusiva por Robert Redford, y Margin Call, con un enorme Kevin Spacey y la crónica de las 24 horas previas al desastre financiero que nos llevó a la crisis que ahora padecemos, contada desde el mismísimo epicentro empresarial que la provocó. 

            Con una narración pausada e intensa cuenta con una fotografía y una puesta en escena de altura, pero destaca sobre todo la actuación del versátil Oscar Isaac, al que hemos visto en papeles tan diversos como Las dos caras de enero, de Hossein Amini, o A propósito de Llewyn Davis , de Joel Coen y Ethan Coen, dando muestras de su capacidad de adaptación a los papeles más variopintos sabiendo sacar siempre el mayor provecho de todos ellos. Un actor no demasiado conocido pero que demuestra tener un nivel interpretativo enorme.
            Candidata oficiosa a los premios Oscar según la mayoría de las apuestas, se quedó fuera de las nominaciones por sorpresa. Sin embargo, premios a parte, es una muy interesante película y una buena opción para una acertada tarde de cine.


Conclusión: Interesante, bien realizada, con buen guión y mejor interpretación.     

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