El amanecer del planeta de los simios

Título original: Dawn of the Planet of the Apes
Director: Matt Reeves
 Actores: Andy Serkis, Jason ClarkeGary OldmanKeri RussellToby KebbellKodi Smit-McPhee y Enrique Murciano
Ciencia ficción / USA / No recomendada para menores de 12 años /  130 min.
           
            Quizá abducido por los calurosos rigores estivales he sucumbido a esta aventura épica post-darwiniana. No volverá a ocurrir, lo prometo.


         Este film es la secuela de la preculea "El origen del planeta de los simios" (2011) de Rupert Wyatt. O sea, una pre-preculea ¡qué ya son ganas! Pero he de decir me ha gustado mucho, la he disfrutado como un niño.
            Vaya por delante que no me suelen gustar mucho las sagas, salvo honrosas y honradas excepciones (El padrino I, II y III sería de las más gloriosas), y no tengo especial apetencia por seguir las sagas porque entiendo que suelen ser vehículos para que las productoras hagan caja. Sustituyen a los guionistas y directores originales, cambian a los actores y solamente queda un queseyo de la película original.
            Con El planeta de los simios (1968) de Franklin J. Schaffner sucedió exactamente eso, se vio un filón prácticamente inagotable de dólares y la maquinaria de Hollywood no lo dejó escapar, se han hecho secuelas, precuelas y una serie para televisión, la mayoría de ellas absolutamente olvidables.
            Y es que el origen de la saga fue impresionante y la disfruté de manera inolvidable. Era una película de ciencia ficción original que planteaba un revisionismo darwiniano a la teoría de la evolución en clave futurista, con  aquella épica en la construcción narrativa, realmente impresionante. Aquello me pareció admirable., increible... Claro que yo tenía doce años y, aunque ya era un devorador compulsivo de cine, mis referentes no eran aún muy numerosos, como se puede comprender.
            Recuerdo nítidamente el día que la vi, en una sesión doble de reestreno, en el cine de un colegio que proyectaba películas para menores sólo los domingos. Recuerdo la emoción de la espera admirando simplemente la cartelera del hall, y cuando se apagaron las luces y la jauría de niños y adolescentes, normalmente entregados al noble entretenimiento de rugir como una auténtica manada de simios, mareando al acomodador o burlándose de la bancada femenina (era un colegio católico y niños y niñas se sentaban por separado). La película comenzó por fin y aquella marabunta infantil comenzó a doblegarse reverencialmente ante la película hasta quedar completamente entregados a ella. No tengo memoria de ninguna otra película que viese en aquel cine, pero el visionado de El planeta de los simios fue una sensación casi mística, con aquel final magnífico de la playa, con Charlton Heston gritando de dolor al descubrir la realidad, y la Estatua de la Libertad medio enterrada en la arena. Un final absolutamente sorprendente, impresionante, humanista, antibelicista y hasta ecologista que daba un sentido completamente distinto a toda la película.
            Después he visto muchas de las películas que la siguieron con total desilusión. Incluso el film de Tim Burton, único autor que podría haber resucitado el antiguo y original esplendor simio, me pareció vacía y carente del verdadero espíritu iniciático.
            ¡Hasta que ha llegado El amanecer del planeta de los simios y he vuelto a disfrutar como un niño!
            Esta entrega tiene algo de aquel esplendor épico, de aquel revisionismo darwiniano que he mencionado, de ese conflicto original entre desarrollo e involución, esa aventura inicial entre el bien y el mal sencilla y definitiva a la vez. Y es que aquí está el verdadero desarrollo del conflicto: hay dos bloques en lucha por la supervivenvencía y en ambos hay sus personajes buenos (de una simplicidad tan pueril como magistral) y sus personajes malignos y retorcidos; un bloque pacifista y otro belicista, ambos apostando por sus propios métodos como único garante del desarrollo. Tan sencillo como eso, una aventura de ciencia ficción que plantea la imposibilidad de la paz y la necesidad de luchar por ella al mismo tiempo. ¡Sencillo, trasparente y eficaz!
            El guión está bien construido, es simple pero efectivo; los efectos especiales son de muy alta calidad; la parte bélica no está prolongada innecesariamente, aunque ocupa una buena parte del metraje; los personajes, tanto simios como humanos son interesantes, quizá esquemáticos, pero creíbles; y la escenografía es admirable. Pero, sobre todo, desarrolla el espíritu de lo que "pudo" ser el comienzo (la precuela) del film original.
            La sinopsis de FILMAFFINITY dice textualmente; "Un grupo de simios muy evolucionados, capitaneados por César, se convierte en la raza dominante del planeta Tierra. La única amenaza para su desarrollo la representa un grupo de seres humanos que han sobrevivido a un virus devastador. Tras una tregua de paz, está a punto de estallar una guerra que determinará cuál será la raza dominante. Secuela de la película "El origen del planeta de los simios".
            He leído por ahí que hay que ver el film anterior para entender esta película, pero creo que no, simplemente con haber visto la original, El planeta de los simios, uno se puede situar en el meollo de la trama sin ninguna dificultad y disfrutar con esta como un niño, que es de lo que se trata.
            Si te gustó el original ve a ver está y disfrútala sin prejuicios.


Conclusión: Si puedes verla en un cine de verano, con una cucurucho de pipas en una mano y una cervecita en la otra, mejor.  

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