Gravity
Director:
Alfonso Cuarón
Actores:
Sandra Bullock, George Clooney
Ciencia-ficción
/ USA / No recomendada para menores de 12 años / 91 min.
Gravity comienza con un plano
secuencia de 16 minutos, y se puede decir además que es un extraordinario plano
secuencia. Uno puede pensar en otras películas clásicas que comienzan del mismo
modo, Sed de Mal de Orson Welles es
un buen y famoso ejemplo, pero otras
muchas películas importantes comienzan así: Sacrificio,
de Andrei Tarkovski, o El juego de
Hollywood, de Robert Altman. Todas ellas magistrales, y en todas
ellas ese larguísimo plano se queda marcado como algo definitorio del estilo
del film.
El plano secuencia se diferencia de
la secuencia de montaje en que toda la acción transcurre sin ningún corte.
Obviamente. Esto implica varias cosas, por un lado el que el tiempo de la
acción y el tiempo fílmico son el mismo, es decir, que lo que transcurre en la
película dura realmente lo que parece. Por otro, el que el espectador se
adentra en la acción hasta formar parte de ella, sin el artificio del montaje
que puede alterara artificialmente los puntos de vista y por tanto la
narración. Sin embargo, en el plano secuencia el espectador, como invitado omnisciente,
sí que puede contemplar lo que sucede desde distintos puntos de vista ya que la
cámara no tiene porqué estar quieta. De manera que el plano secuencia, usado
con maestría, se convierte en un arma cinematográfica fundamental que hace partícipe
al espectador del espacio y de la narración, así como del estado psicológico de
los personajes.
Y Alfonso Cuarón es un mago del
plano secuencia. Recordemos como resolvió varias secuencias fundamentales en su
anterior película Hijos de los hombres, sobre todo el magistral asalto al coche en marcha,
que comienza dentro del automóvil y acaba viendo como este se aleja, dejando
por el camino varios muertos.
En esta ocasión el plano es, además,
en el espacio, gravitando junto al telescopio Hubble, donde dos técnicos
(Bullock y Clooney) están arreglándolo. La cámara gira a su alrededor con una
tranquilidad y majestuosamente como solamente en el espacio se puede dar. Vemos
el telescopio, la nave, la Tierra y las estrellas y a los dos operarios
suspendidos mansamente, mientras la cámara les busca y les deja, ve la Tierra o
la nave, en todo tipo de tamaños de plano y perspectivas, incluso desde dentro
de la escafandra, todo ello para introducir al espectador en la sensación de
ingravidez y abandono en la que se encuentran los protagonistas. La secuencia
es extraordinaria y marca, desde luego y como en los ejemplos que antes he citado,
el tono de la película: una obra que quedará entre las clásicas del género de
ciencia ficción.
Ya durante este plano una lluvia de
basura espacial destroza la nave y el telescopio, dejando a los protagonistas flotando
en la ingravidez a merced únicamente de su propio ingenio, literalmente
perdidos en el espacio. Con tan solo dos
personajes (a veces uno sólo) y el espacio (exterior) la película narra con una
maestría absoluta la aventura agónica de estos náufragos estratosféricos. Muy
pocos elementos y sin embargo una odisea tensa e intensa que no pierde ritmo en
ningún momento.
Es una lástima que una película de
esta envergadura falle por su parte más débil: la actoral. George Clooney está soberbio,
como siempre; seguramente es el Cary Grant del siglo XXI. El problema es la
Bullock (permiamente el artículo), si en lugar de ella el papel lo hubiera
interpretado una actriz la película sería una obra maestra. Por suerte, se pasa
una buena parte de la película embutida en un traje espacial y con la escafandra
puesta, así que nos evitamos sus gestitos sobreactuados.
Conclusión: Imprescindible para todo buen amante del cine de
ciencia-ficción.
Comentarios
Publicar un comentario