Un cerdo en Gaza
Título original: Le cochon
de Gaza
Director: Sylvain Estibal
Actores: Sasson Gabai, Baya Belal, Myriam Tekaïa, Ulrich Tukur
Dos cosas han de quedar ya claras al leer los datos de la película: se desarrolla en la franja de Gaza y es una comedia. Ambas cosas, como demuestra esta película, no son incompatibles.
Director: Sylvain Estibal
Actores: Sasson Gabai, Baya Belal, Myriam Tekaïa, Ulrich Tukur
Comedia / Francia - Bélgica
- Alemania / Apta para todos los públicos / 98 min.
Dos cosas han de quedar ya claras al leer los datos de la película: se desarrolla en la franja de Gaza y es una comedia. Ambas cosas, como demuestra esta película, no son incompatibles.
Con
un tono de comedia neorrealista moderna, el film cuenta la odisea de un pobre pescador
palestino en Gaza, Jafar, que un buen día pesca un cerdo. Nada podría ser más
desolador para este hombre, un musulmán tan creyente como pobre, que no sabe qué
hacer con animal tan impuro, al que no sólo no puede comerse si no ni siquiera tocarlo. Al no poder deshacerse de él ni a tiros,
literalmente, decide venderlo y esto se convertirá en una autentica y
desternillante aventura a través de la que podremos ver de cerca el conflicto,
ya demasiado largo y penoso, que sufre la población atrapada en la Franja de
Gaza y las condiciones reales de su vida diaria, en un tono que raya a veces lo
absurdo, a veces lo surrealista, muy cómico, pero que comprendemos que no es
sino algo de la verdad que esconde.
Este
judío nacido en Uruguay, Sylvain Estibal es un escritor y reportero francés que no
ha vivido en Palestina ni Israel. Conoció el conflicto gracias a un proyecto de
France Presse que le llevo a Hebrón (Cysjordania), allí entrego unas cámaras de
fotos a algunas familias palestinas y a otras judías, a ambos lados de la
frontera, para que retrataran su día a día. El trabajo demostró que ambas vidas
no eran demasiado diferentes y le dio a Estibal la idea de hacer algo sobre el
conflicto. La idea fundamental que movía el proyecto es que cuando conoces
verdaderamente a tu enemigo es más difícil odiarle, y es el odio el que mueve
el conflicto árabe-israelí. Además, como ha dicho el realizador en alguna
entrevista, "cuando te ríes con tu enemigo ya no es nunca más tu
enemigo".
Hay
algunos referentes cinematográficos que avalan esta afirmación. En España
tenemos una magnífica comedia del maestro Berlanga, La vaquilla, que lo refrenda y que demuestra lo parecidas que son
las personas a ambos lados de la trinchera. También se rió con la guerra (que no de la
guerra) Roberto Benigni y su oscarizada La
vida es bella.
En esta ocasión el problema es de
máxima actualidad y está muy candente, por ello es más valiente llevar a los
límites de la parodia algo tan sensible, pero Estibal sale bien librado de la experiencia.
Una comedia con tintes humanistas, al que algunos han tachado de excesivamente bondadosa, pero que, aunque desigual y con algunos altibajos narrativos, se puede afirmar que es una
película muy divertida y que aporta también una visión crítica del conflicto, poniendo
de manifiesto quién está verdaderamente pagando los platos rotos en el problema.
Como se suele decir, el realizador y guionista no deja a títere con cabeza, ya que tanto los israelíes como los terroristas
palestinos quedan en cierto modo ridiculizados en esta parodia, demostrando las
paupérrimas condiciones de vida en la que vive el pueblo palestino, literalmente
encerrado en sus casas.
Sin
embargo, y pese a la desproporción de las fuerzas enfrentadas, a la prepotencia
de un ejército israelí frente a un pueblo empobrecido y enjaulado, ambas partes
sufren y son víctimas de un conflicto larvado y casi eterno; un problema de índole
local que, sin embargo, nos afecta ya a todos en el Planeta. Por eso es que la
cinta apuesta por un cierto esperanzador, un indudable aire de optimismo que
quiere contagiar a las dos partes. Un mensaje de apertura hacia el otro, algo
así como tender la mano para reírse juntos.
Es
destacable también el papel de Sasson Gabai, el protagonista del film y sobre el que
recae todo el peso de la acción, una suerte de Nino Manfredi judío, un cómico muy conocido en Israel y que hace aquí
una demostración de su talento.
Conclusión:
Muy muy divertida y muy muy recomendable.
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